Los trabajos de mantenimiento en el castañar comienzan justo después de la cosecha, se cortan las ramas secas y se podan los árboles. Un castaño se poda cada 5-10 años. Durante el invierno, se eliminan las acumulaciones de hojas y rizos, que podrían provocar la muerte de la hierba y el musgo, creando zonas fangosas donde caería el castaño.
En primavera, las ramas cortadas durante la poda se retiran del bosque y se hacen injertos. Los brotes de los nuevos injertos pueden alcanzar hasta 2 metros el primer año, y para evitar que el viento los dañe es necesario atarlos a un poste, que a su vez se sujeta al tronco del patrón. La operación se repite quincenalmente hasta finales de julio.
Antes de cosechar las castañas, hay que limpiar el sotobosque, cortando los helechos y las hierbas largas que lo cubren para favorecer que las castañas marrones caigan al suelo a medida que maduran. Hoy en día, esta labor se realiza con equipos mecánicos; los residuos se sacan del bosque, o primero se acumulan y luego se queman.