El conejo con castañas es un refinado segundo plato de sabor envolvente, perfecto para las estaciones más frías.
Esta receta combina la delicadeza de la carne de conejo con la dulzura terrosa de las castañas, creando un equilibrio de sabores que hace irresistible cada bocado.
La carne de conejo, tierna y ligera, se cuece a fuego lento junto con las castañas, que aportan una textura cremosa y un inconfundible sabor otoñal.
Aromatizado con hierbas como el romero, el laurel y un toque de vino blanco, este plato representa la cocina rústica en su máxima expresión, realzando ingredientes sencillos y genuinos.
El conejo con castañas es ideal para una cena festiva o un almuerzo de domingo, aportando calidez, tradición y sabor a la mesa, perfecto para quienes desean un plato con un carácter fuerte y sofisticado.
Para 4 personas
Después de lavar y secar el conejo, se deja marinar durante una hora en la mezcla de vino y vinagre con 1 hoja de laurel y la mitad del enebro, dándole la vuelta a menudo.
Cortar la cebolla y el ajo en rodajas finas. Calentar 5 cucharadas de aceite en una sartén grande, en la que quepan los trozos de conejo, y dorar los trozos de conejo escurridos y secos.
Cuando estén dorados, retirarlos y dorar la cebolla, el ajo y el tocino en el jugo de la cocción, devolver el conejo a la sartén, remover, verter la grappa. Dejar evaporar a fuego vivo, salpimentar, añadir las castañas, el laurel, el tomillo y el romero, el enebro restante, verter el caldo hirviendo, bajar el fuego, tapar.
Cocer durante unos tres cuartos de hora, añadiendo un poco de caldo hirviendo si el caldo se seca. Servir bien caliente.