La sopa de garbanzos y castañas es un plato rústico y sustancioso que recuerda a antiguas tradiciones campesinas.
Rica en sabores auténticos y genuinos, esta sopa combina la cremosidad de los garbanzos con el delicado dulzor de las castañas, creando un equilibrio perfecto entre sabor y nutrición.
Perfecta para los días de otoño e invierno, esta sopa calienta el corazón y la mesa, ofreciendo una comida sencilla y reconfortante pero rica en historia y sabor.
Un primer plato que pone en valor los productos de la tierra, ideal para los amantes de redescubrir la cocina tradicional y sus ingredientes más auténticos.
Hervir las castañas peladas y los garbanzos. Pasar parte de los garbanzos por un colador y volver a ponerlos en la cacerola guardando el agua de la cocción.
Añade las castañas peladas y desmenuzadas, añade sal, añade los tagliolini partidos y cocínalos.
Aparte preparar un sofrito con aceite, ajo, guindilla y hojitas de romero y añadirlo al resto.
Dejar condimentar unos minutos y servir. Tradicionalmente se trataba de una sopa navideña con castañas secas sobre rebanadas de pan casero duro.