El castagnaccio con queso ricotta es un postre que combina la tradición y la dulzura de los sabores otoñales en un abrazo que hace la boca agua.
Este pastel rústico, elaborado con harina de castañas, tiene una textura suave y húmeda, perfectamente equilibrada por la cremosidad del requesón fresco.
El castagnaccio, tradicionalmente enriquecido con nueces y romero, se vuelve aún más irresistible gracias a la adición de una capa de queso ricotta, que le da un toque delicado y un sabor envolvente.
Este pastel es ideal para terminar una comida de forma sencilla pero refinada, quizás servido con un espolvoreado de azúcar glas o un chorrito de miel.
Perfecto para cualquier ocasión, el castagnaccio e ricotta es una forma deliciosa de celebrar los auténticos sabores de la temporada y sorprender a los invitados con un postre que combina la rusticidad de la tradición con la frescura de los ingredientes.
Poner la harina de castaña con una pizca de sal en un bol y verter la leche, removiendo continuamente con un batidor pequeño hasta que la mezcla no tenga grumos.
Verter la mezcla en un molde para tartas bien untado con mantequilla, amasar la ricotta con el azúcar y la ralladura de limón, incorporando poco a poco 2 cucharadas de licor.
Cuando la mezcla esté suave y cremosa, colóquela sobre el castagnaccio, nivelando la crema con el dorso de la cuchara. rocíe con un poco de aceite y hornee a 180 grados durante 40 minutos. deje enfriar y sirva.