La mousse de castañas es un postre elegante y envolvente, que celebra el sabor único de las castañas.
De consistencia ligera y cremosa, esta delicia es perfecta para quienes buscan un postre refinado pero sencillo de preparar.
Elaborada con puré de castañas, nata montada y un toque de vainilla, la mousse se funde en la boca, aportando una experiencia gustativa que recuerda a los cálidos ambientes otoñales.
Ideal para servir en copas transparentes, decoradas con hojuelas de chocolate o una pizca de cacao, la mousse de castañas es una manera perfecta de terminar una comida con dulzura y clase, trayendo toda la tradición y riqueza de las frutas del bosque a la mesa.
Ablanda las hojas de gelatina en agua fría. Picar finamente el chocolate y derretirlo al baño María en un bol de acero o cristal, removiendo continuamente con una cuchara.
Batir el huevo, la yema, el azúcar y el azúcar de vainilla en un bol al baño María hasta que quede suave, luego mezclar hasta que se enfríe. Derretir la gelatina al baño María junto con el ron.
Agrega el chocolate y la gelatina a la mezcla de huevo y mezcla hasta que quede suave. Añade el puré de castañas. Finalmente, vierte suavemente la nata montada. Colocar la mousse en un recipiente adecuado, tapar y enfriar en el frigorífico durante 2 horas.