La tortilla de castañas es un postre refinado y sorprendente que combina la suavidad del huevo con el envolvente sabor de las castañas.
Este postre, típico de las tradiciones alpinas, se prepara con un sencillo pero delicioso rebozado a base de huevos y harina de castañas, que le da una nota rústica y genuina.
Su textura suave y ligera se ve acentuada por un delicado aroma a vainilla y una pizca de azúcar glas, lo que la hace irresistible.
Servida caliente y acompañada de una salsa de chocolate o una bola de helado de vainilla, la tortilla de castañas representa una experiencia gustativa única, capaz de transportar al comensal en un viaje sensorial a través de los sabores del otoño.
Ideal para finalizar una comida de forma original, este postre celebra la castaña, un ingrediente rico en historia y tradición.
Caramelizar 30 g de mantequilla y 2 cucharadas de azúcar en una cacerola, luego añadir la leche y cocinar a fuego lento hasta que el azúcar caramelizado se haya disuelto por completo.
Retirar el líquido del fuego y añadir el puré de castañas, revolviendo.
Batir enérgicamente las yemas con el resto del azúcar y añadir la masa de castañas. Luego bate las claras a punto de nieve e incorpóralas suavemente a la mezcla.
Calienta un poco de aceite en una sartén grande, vierte la mezcla y cocina hasta que esté dorada por ambos lados.
Terminar de cocinar colocando la tortilla en el horno precalentado (180 grados) durante 5 minutos y finalmente desmenuzándola con 2 tenedores.
Disponer la tortilla en platos, espolvorear con azúcar glas y servir.